Debemos
remontarnos a la época cuando el hombre primitivo, empezó a evolucionar ya sea
a nivel motor como cerebral, esto sucedió a partir de que el hombre empieza a observar los
sucesos que le iban aconteciéndole, es así que empieza a razonar sobre lo sucedido, por lo mismo el
aprendizaje se inicia desde antes, incluso antes del razonamiento; viviendo
desde el aquí y ahora, sin preocuparse por un mañana que aún no existía, y que
aprendió que habían otras cosas más interesantes que explorar, como los
fenómenos naturales externos e internos; así podía observarse internamente y
con ello conectarse a lo externo y espiritual mediante ritos y danzas. Es así
como se inicia el aprendizaje vivencial, antes del razonamiento, el cuerpo y la
experiencia eran la principal fuente de conocimiento.
En
la antigua Grecia Sócrates ya enseñaba a través de la mayéutica que era la
forma de enseñar mediante el darse cuenta, más allá del simple raciocinio;
cuando enseñaba a sus aprendices no les daba conceptos directos, sino más bien
formas para que el alumno experimente sobre el tema, lo viva y lo incorpore, y
después de muchas frustraciones y conexiones con su emoción podría darse cuenta
del conocimiento; a través de esto el discípulo iba tomando contacto con la
respuesta.
La
educación en la antigüedad era completamente diferente a lo que ahora conocemos por educación; en la
Atenas clásica no había escuelas, las academias de Platón eran espacios de
conversación, reflexión y experimentación. La instrucción obligatoria era para
esclavos sobre todo en Esparta donde la educación era más parecido a una
instrucción militar, donde los condicionamientos y moderamiento de la conducta,
a través del dolor, a fin hagan lo que
la autoridad quería, modelo espartano que fue considerado en el despotismo
ilustrado.
La
Educación Pública, obligatoria y gratuita fue creada en el Despotismo
Ilustrado, nace a fin del siglo XVIII en Prusia, con el fin de evitar las
revoluciones que sucedían en Francia; los monarcas para satisfacer el pueblo
incluyeron algunos principios de la ilustración pero con su régimen
absolutista. Su estructura era heredera del modelo espartano, fomentaba la
disciplina, obediencia y el régimen autoritario. El Despotismo Ilustrado
buscaba un pueblo dócil, obediente y que se pudieran preparar para la guerra,
creando así un paquete formador de obedientes súbditos. Este modelo que incluía
el elitismo y la división de clases; tuvo gran éxito a nivel mundial muchos
países copiaron este modelo, con el discurso de educación para todos.
La
escuela nace en un mundo positivista regido por una economía industrial,
buscando obtener los mayores resultados observables con el menor esfuerzo e
inversión posible. Financiando los mismos industriales las escuelas y
masificando la educación condicionada,
regulando así lo que se debía saber, de esta manera tenían trabajadores
preparados para la operatividad de las industrias y el buen desenvolvimiento
del sistema económico y social.
Debemos
entender que la necesidad de ponerle nombre o conceptos a las cosas, tuvo que
ver con sistematizar información, para ahorrar tiempo, y este ahorrar hace que
la experiencia pierda fuerza, y por ello el aprendizaje no sea sostenible en el
tiempo. Es a partir de la revolución industrial, donde los procesos completos
dejaron de tener valor, ya que en esta época el trabajo manual fue reemplazado
por la industria y la manufactura; dejando de lado la parte emocional y con
ello la verdadera necesidad humana fue remplazada por el capitalismo.
El
tiempo se convirtió en una valorización difícil de superar; el mundo necesitaba
más rapidez en los aprendizajes y la mejor manera de hacerlo era intervenir
casi industrialmente en el sector educacional, creando alumnos solo para rendir
exámenes, y para aprendizajes limitados que puedan servir a este nuevo
movimiento industrial económico, degenerándose en lo que ahora llamamos
consumismo generalizado y masificación de mercados.
De
este modelo es que tenemos escuelas a imagen y semejanza de la industria; ya
que estas adoptaron el sistema de línea de montaje que poseían las fábricas,
gracias al cual, posteriormente conformarían sus estructuras, pues la educación
fue distribuida en etapas separadas llamadas grados, las cuales poseían una
supervisión local que vendría a ser el maestro, las clases y demás actividades
diarias de la escuela, se encontraban establecidas dentro de una programación,
poseían un límite de tiempo determinado y una medida estándar de desempeño.
Pese
a que este sistema aumento la capacidad, la producción educativa, también trajo
consigo muchos de los problemas a los que se enfrenta hoy la escuela, por
ejemplo: la clasificación indebida que se hace a los niños definiéndolas como
hábiles y torpes. Para esto la psicología y la psiquiatría de la época jugaron
un papel importante empezando a etiquetar a los niños por su rendimiento
académico, de esta manera el escolar que no se adapte al sistema educativo
debía pasar por un proceso de condicionamiento adicional y si fuera posible
medicación para nivelarlo.
La
escuela ha cumplido ya más de 200 años de existencia y es aun considerada la
principal forma de acceso a la educación. Hoy en día, la escuela y la educación
son conceptos ampliamente discutidos en foros académicos, políticas públicas,
instituciones educativas, medios de comunicación y espacios de la sociedad
civil. Desde su origen, la institución escolar ha estado caracterizada por
estructuras y prácticas que hoy se consideran mayormente obsoletas y
anacrónicas, decimos que no acompañan las necesidades del Siglo XXI. Su
principal falencia se encuentra en un diseño que no considera la naturaleza del
aprendizaje, la libertad de elección o la importancia que tienen el amor y los
vínculos humanos en el desarrollo.
La
escuela se ha convertido en un sistema atrapado porque se ha monopolizado y se
ha hecho totalmente dependiente de aquellas instituciones gubernamentales que
las controlan, entrampando así la capacidad que podrían tener estas de cambiar
e innovar en cuanto a métodos de enseñanza y aprendizaje se refiere (buscando
siempre, desde luego, su mejoramiento) esta solo ha hecho que la educación se
vuelva mecánica y con el tiempo mediocre, pues ha provocado que la gente en vez
de motivarse en aprender se conforme con complacer a su maestro.
La
frustración que viven nuestros niños en los centros educativos para tratar de
cumplir con las expectativas primero de sus padres y posteriormente de la
sociedad, en un clima de competencias propias del sistema, se acrecienta día a
día, ya que al no tener los niños recursos para poder hacer uso de sus
potencialidades emocionales, y así mismo poder regular y descargar las energías
reprimidas propiciadas por el enojo y la frustración, está generando un mundo
cada vez más reprimido y a punto de estallar. “Cambiar la educación para
cambiar el mundo” Claudio Naranjo.
Debemos
defender la posibilidad de una Educación Integrativa, donde nos ocupemos no
solo de la parte cognitiva (hemisferio izquierdo del cerebro), sino también de
nuestra parte intuitiva y creativa (hemisferio derecho del cerebro), pero esto
no tendría ningún valor si antes no nos hacemos cargo de nuestras emociones,
educándolas y dejando que fluyan, para esto es necesario que nos eduquemos en
el reconocimiento de nuestras emociones y sus bloqueos vividos.
Ya
existen métodos educativos que ponen como principal fuerza la experimentación y
las emociones y es que ejemplos como Montessori, Waldorf, Reggio Emilia y en el
Perú el Método ASIRI "Sonrisa" en quechua creado por nuestra
compatriota Ivette Carrión propone una educación que integre el SENTIR, HACER Y
PENSAR, donde el niño crece y aprende según sus propias necesidades, una
educación de amor hacía la vida; es así que cada vez se va tomando más interés en estas nuevas formas de
Educación Libre y que miren al niño como un Holos "Todo" y no solo
como un cerebro, como los movimientos de educación holística en sus cuatro
dimensiones: ciencia, sociedad, ecología y espiritualidad; ya que nuestro
cuerpo, nuestras emociones y nuestro espíritu forman parte de un todo; sin esta
integración lo cognitivo no tiene donde sostenerse, serán simples conocimientos
sin mayor importancia; de esta disociación es donde proviene los graves daños
ecológicos que existen en el planeta, pero que se iniciaron en nuestro propio
organismo, producto de un error cognitivo, por el desconocimiento de nuestras
emociones. Esta fuerza interior que además puede autorregularse como cualquier
organismo vivo, está cada vez más afectada por el propio hombre y su
analfabetismo emocional.
La
educación emocional es un proceso educativo continuo y permanente, es decir,
debe empezar desde el momento del nacimiento, incluso antes, y estar presente a
lo largo de la educación infantil, primaria, secundaria, universitaria y
formación permanente a lo largo de la vida; adoptando un enfoque del ciclo
vital en el que debe participar todo el profesorado, las familias y la
comunidad en general. Debemos decir que nuestras emociones son energías que al
haber sido frustradas y reprimidas son ocultadas por nuestra mente con
diferentes mecanismos de defensa y se instalan en nuestro cuerpo, para hacernos
cargo de su descarga y fluidez, sin embargo por carecer de una educación
emocional oportuna nos hace daño empezando el cuerpo a enfermarse.
Nuestro
cuerpo tiene una inteligencia mucho más sabia que el propio cerebro, puesto que
nuestro cerebro ha sido contaminado por la sociedad y los condicionamientos
educativos que nacen desde el hogar, evitan la posibilidad transformadora del
ser humano como fuente de evolución; la creatividad y la natural disponibilidad
para aprender de los niños, debe ser respetada en un estado de libertad
emocional y sensorial, para poder experimentar, frustrar y autorregular.
El
margen de error que con lleva la experimentación es un valor que la sociedad y
este sistema no permite; cuando Thomas Alva Edison fue entrevistado por las mil
fallas que tuvo antes de hacer funcionar la bombilla eléctrica contesto que no
fueron mil intentos fallidos, sino más bien fue un invento de mil pasos. El sistema
teórico de la educación no permite fallar, y por lo mismo no se cumplen los
procesos educativos en su total amplitud.
La
práctica entonces sería la vivencia misma de la experiencia y la teoría sería
ponerle nombre a lo vivido, la integración de ambas partes puede dar
consistencia al aprendizaje, pero la contención del hombre de estos
aprendizajes también debe ser considerada ya que nuestro cuerpo nuestras
emociones y nuestro espíritu forman parte de este todo "Holos".
Lamentablemente
en nuestra sociedad mostrar nuestras emociones, es significado de “perdedor”
cosa tan absurda entendiendo que nuestras emociones forman parte de nuestra
autorregulación organísmica, es la energía que fluye salida de nuestro instinto
de supervivencia; pedir que no nos emocionemos, es una medida castrante; debo
decir que los daños ecológicos, no nacieron cuando empezamos a ensuciar los
ríos, nacieron desde que cortamos la posibilidad humana de canalizar nuestras
energías salida de nuestra emociones; el dejar de fluir, ya es un daño
ecológico, que termina llevándonos a la
destrucción, empezando por las enfermedades y a la deshumanización en una
sociedad que se rige mediante la máscara de las personas; recordemos que en la
antigua Grecia, el significado de persona era mascara o personaje; estamos
hablando específicamente del Ego, creador de todos los mecanismos de defensas
que podemos usar para no contactar con nuestro dolor producto de esta
castración emocional.
Las
emociones, no son algo a controlar, pues controlar proviene del Ego. Las
emociones sólo deben fluir. El ego es la idea falsa que cada quien tiene de sí
mismo; no constituye más que una ilusión, pero una ilusión que ejerce una gran
influencia.
No
es tu tema de forma es un tema de contenido, no es un tema de exterior es un
tema de interior, no es un tema de cascara es un tema de pulpa, no es un tema
de idiomas es un tema de espíritu, cual Torre de Babel debemos encontrar una
misma forma de comunicarnos mientras el idioma y las fronteras separan el amor
nos une, mientras el ego nos desconecta el corazón nos une, el sistema
educativo está hecha para separar ”Los buenos de los malos”, “Los habilidosos
de los torpes”, “los productivos de los incapaces”, “los que saben y de los que
no saben”, “los ricos de los pobres”, es decir solo para separar; de ahí
provienen las guerras y las luchas internas del ser humano, que vive día a día
para ser reconocido por el otro.
Tendríamos
que forjar una educación que busque el reconocimiento interno y que enseñe
virtudes y no valores, pero para enseñar en virtudes debemos pasar por un
proceso de autoconocimiento que nos lleve a conocer nuestras pasiones es decir
nuestros pecados universales, es decir cuáles son las motivaciones egoicas que
nos llevan a comportarnos de una otra manera, una vez detectadas podremos
acceder a trabajar las virtudes que sobrepasen y debiliten estas pasiones es
decir nuestros pecados; cuando hablamos de pecados no nos referimos al dogma
religioso, sino mas bien a la pasión que tuvimos que desarrollar para protegernos
en esta vida de las carencias emocionales, producto de un analfabetismo
emocional; la educación debería recuperar el pensamiento Socrático del
“Conócete a ti mismo”, para que el Ser se haga responsable de su vida con
espontaneidad y creatividad, soltando la victimización y las conductas
robóticas y automáticas que nos llevan a un estancamiento en nuestro
desarrollo; fijando solo nuestro accionar a culpar a los demás de los que nos
pasa, no asumiendo responsabilidad alguna.
Los conocimientos cognitivos fijados en el sistema educativo como un proceso industrial, no pueden ser importantes si el uso de ellos es realizado por un ser humano castrado e imposibilitado de SENTIR lo que quiere hacer realmente y no lo que la sociedad condicionante lo lleve hacer con estos conocimientos; el primer daño ecológico empezó con nosotros mismos, solo era cuestión de tiempo para que este sistema destruyera el planeta, así como lo hizo con sus habitantes. La pregunta sería si tenemos todavía salvación y yo creo que sí pero antes debemos despertar del sueño en el que nos metieron, salir de una educación condicionada a una formación integral, de una educación para sobrevivir a una formación para la vida; empezando a despertar podremos buscar salidas que por cierto ya las están habiendo solo es cuestión que abramos los ojos y miremos a nuestros niños con amor y no como proyección de nuestro propio condicionamiento.
Los conocimientos cognitivos fijados en el sistema educativo como un proceso industrial, no pueden ser importantes si el uso de ellos es realizado por un ser humano castrado e imposibilitado de SENTIR lo que quiere hacer realmente y no lo que la sociedad condicionante lo lleve hacer con estos conocimientos; el primer daño ecológico empezó con nosotros mismos, solo era cuestión de tiempo para que este sistema destruyera el planeta, así como lo hizo con sus habitantes. La pregunta sería si tenemos todavía salvación y yo creo que sí pero antes debemos despertar del sueño en el que nos metieron, salir de una educación condicionada a una formación integral, de una educación para sobrevivir a una formación para la vida; empezando a despertar podremos buscar salidas que por cierto ya las están habiendo solo es cuestión que abramos los ojos y miremos a nuestros niños con amor y no como proyección de nuestro propio condicionamiento.
Entonces
deberíamos dejar de ser analfabetos emocionales y hacernos cargo, de nuestra
vida de una buena vez; vivir bajo el mandato del Ego, es vivir cegado por un
sufrimiento neurótico. Para poder reconectarnos con nuestro SENTIR, primero
debemos dejar de darle prioridad a lo que el condicionamiento educativo y
religioso nos llevó, y es que el PENSAR producto del miedo impuesto por esta
sociedad, nos aleja del AMOR INCONDICIONAL que debemos sentir hacía nosotros y
nuestra historia. Así podremos no solo dejar de ser dominados por nuestro Ego
sino que podremos ver compasivamente al otro YO, mejorando nuestros vínculos
familiares y sociales.
El
arte durante mucho tiempo se usó para este fin, para el reconocimiento de
nuestro mundo interior, de alguna manera el reconocimiento que hablaba
Aristóteles en la Poética, fue remplazado por un reconocimiento externo dejando
el arte a beneficio del Ego y no a lo que inicialmente fue concebido a
beneficio del SER.
Recuperando
nuestra sensibilidad, recuperando la información auténtica que tiene nuestro
cuerpo para nuestra sanación emocional, podremos empezar a desestructurar lo
que todo lo cognitivo creo, puesto que nuestra forma de buscar amor, está
condicionado a un error cognitivo, un mal aprendizaje producto de una carencia
afectiva, principalmente dañada en nuestro vinculo primario (padres).
Sanar
con el arte, implica sanar al niño emocionalmente herido, recuperando el
estímulo de la creatividad y el juego, disfrutando con lo que hace y así
permitirse ser creativo, imaginativo y no únicamente productivo, como lo impone
esta sociedad consumista. Además debemos decir que sanar desde el arte no
necesita necesariamente expresar verbalmente el sufrimiento, puesto que en el
juego creativo transpone simbólicamente aquello que tu Ego reprimió para no
dañarte, uniendo la Psique con la Soma integrando aquello que solo fue dominio
de la mente; es decir dejaremos de somatizar negativamente, para usar un poder
energético innato que se nos fue arrebatado, aprendiendo así a manejar la
energía emocional, disfrutando de lo agradable de la vida y saber afrontar lo
difícil y desagradable, con más ánimo y recursos; fluyendo en el amor, la
aceptación y el saber convivir con tu dolor y miedos, hasta ir diluyendo las
sombras en la luz de la comprensión, la aceptación y el amor, ser más generoso
con los demás, aceptar los fracasos, no dependiendo de lo que hemos heredado
cognitivamente, por lo que hemos de ser capaces de seguir aprendiendo y
mejorando nuestras actitudes día a día, en una continua transformación,
aprendiendo a usar nuestras emociones donde radica nuestra verdadera
inteligencia y nuestro poder, en definitiva a ser más felices.
Por
Antonio Reyes